Es evidente que ese instante es extraordinario, me refiero al instante del orgasmo.

Se trata de un momento en el que la mente se disuelve, en el que las creencias, las penas y los traumas no tienen cabida.

Es un instante en el que lo único presente es ella misma, es decir, tú, tú yo real, aquel que no se identifica con la cédula, género, nombre o credo, esa es:

La observadora, la perceptora, esa conciencia que todos poseemos, la testigo de todo en todo momento, la testigo de tu tristeza y tu felicidad.

Es esa chispa divina que habita en cada uno de nosotros, esa que surge cuando no hay mente, cuando el intelecto se aquieta.

Esa que sostiene la vida aun en estado de coma.

Es la que observa todo, incluso nuestros pensamientos, porque es inmutable, esa misma consciencia o núcleo eterno e inalterable de nuestro ser.

Es la conciencia que nos permite jugar, explorar y conectar con la grandeza de la vida.

Es la misma que nos da la libertad de ser intelectuales, con nuestros mitos, creencias, temores y vericuetos, ella, la que nos permite entretenernos mentalmente con este mundo de sensaciones, este mundo material.

Pero bueno es saber que a más sensaciones, menos sensibilidad, en ello se basa el mundo del entretenimiento.

Lo analizaremos luego, si no me acuerdo, me acuerdas.

Dicha consciencia emerge cuando meditamos, caminamos en una montaña, practicamos la atención plena, o simplemente bailamos por el placer de disfrutar.

La misma que cuando surge inspira a cientificos, artistas, creadores y campesinos con su cuento de sentido común.

Esa misma conciencia se manifiesta cuando nos entregamos a la contemplación de una rosa, un atardecer, etc.

Esa consciencia espera, espera pacientemente a que lleguemos a esos momentos especiales, espera sigilosamente a tu re-encuentro quizas orgasmico.

Y cuando surge es maravilloso:

Porque se disuelven las ilusiones creadas por los pensamientos, y lo único que queda es la verdad, verdad que disuelve los problemas materiales, las responsabilidades, entonces percibes la libertad genuina.

Si te sucede en el orgasmo, es genial.

Si no lo logras aún, ve por él, date la oportunidad, no le haces mal a nadie "ojo, nada ajeno", salvo que aún pienses que Dios está pendiente de ti para llevarte la cuenta.

Dicen los contables celestiales que ese detalle no es contabilizable. "Llenaría muchos libros"

Entonces ve, por tu instante de consciencia, por lo menos momentáneamente, será pasajero, porque la mente vuelve y te retoma, vuelve y te domina, y debes aspirar a más, aspirar a 24/7 y no de sexo.

Y si eres multiorgásmica de 24/7 y no por sexo, vaya, vaya, vaya, estas un paso más adelante en este proceso evolutivo, eres la o el sensei.