La piel es un órgano vital, sin ella no sería posible la vida. Por ello, vamos a dedicarle unos instantes desde donde puedas extraer ojalá beneficios para aportar a tu bienestar.
Fue a través de la piel que empezamos a conocer el mundo. Cuando éramos bebe queríamos tocar y llevarnos todo a la boca y es que los labios con su sensibilidad son parte de lo táctil. A través de la piel conocimos la exquisitez del placer, placer que a futuro llamaríamos placer sexual, o su repulsión si nuestras primeras experiencias táctiles no fueron agradables.
A través de la piel percibimos el contacto materno, percibimos el amor, percibimos los primeros baños de agua y de sol que tanto nos debieron beneficiar, percibimos la protección, el abrigo y estas son solo algunas pocas de sus tantas funciones.
En su gran extensión, mantiene el equilibrio hídrico, nos aporta inmunidad al proteger los órganos internos del agreste entorno ambiental. Los sensores de la piel se comportan como perceptores de señales que nos suministran información sonora, térmica e información del flujo del aire, entre otras variables.
En lo cotidiano nos suministra información alusiva al placer ante un agradable abrazo e información de riesgo ante un no agradable y simple estrechón de mano, aunque todo esto estará impregnado de nuestras convicciones y experiencias previas en la vida.
Además, permite dar paso a nutrientes, de aquí se retoma uno de los beneficios del masaje y es el utilizar sustancias de alto valor nutricional para incorporarlos al organismo.
Cumple con funciones excretoras, como ejemplo de ello la transpiración y la sudoración. El masaje aquí también cumple una función vital y es la de facilitar la expulsión de toxinas a través de la piel, las cuales nos puedan afectar la salud y el bienestar.
Suelo establecer rutinas periódicas de masaje aunque no haya patologías, de hecho soy más partidario del prevenir que del curar.
4.1.1- Darse un automasaje en los pies:
Todas las noches, antes de irte a la cama, masajea tus pies con aceite de sésamo o ajonjolí. Si el aceite está tibio, será más efectivo; la duración puede ser de 10 minutos.
4.1.2- Darse un automasaje en la cabeza:
En las mañanas antes de tomar la ducha, con tan solo unas pocas gotas de aceite de coco en la yema de tus dedos, regálate un masaje en el cuero cabelludo, además de estimular el sistema nervioso, nutrirá tu cabello.
4.1.3- Darse un automasaje en todo el cuerpo:
En las mañanas, cada fin de semana regálate un automasaje por todo el cuerpo; será nutrición, depuración y un extraordinario regalo del inmenso amor que te tienes.
Procura identificar un profesional en el masaje al cual puedas acudir como mínimo quincenalmente para que te dé un gratificante masaje preferiblemente general, te toparas con profesionales expertos en drenaje linfático, masajistas expertos en masaje tailandés, expertos masajistas ayurvédicos con su técnica abhyanga.
Escrito por:
Juan Carlos Chavez. So ham
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